La presentación contó con la
participación de la Dra. Marisa González
de Olega, el Dr. Gustavo Prado y el Licenciado Jorge Rozemblum.
La cantante Nora Usterman Michalski deleitó a la audiencia con canciones tradicionales en ídish y en judeo-español:
Presentación Casa Sefarad. Madrid
OYFN PRIPETCHIK - TUMBALALAIKA
Presentación Casa Sefarad. Madrid
28 de abril de
2016.
Dra. Nerina Visacovsky.
Bienvenidos
a la presentación de Argentinos, judíos y
camaradas tras la utopía socialista.
Es un placer
enorme y una emoción muy especial estar presentando este libro aquí en Madrid,
en Casa Sefarad.
Primero
quiero agradecer a los organizadores de este evento. Especialmente al director
del Centro, Fernando Vara de Rey. Desde el primer día, Fernando junto a su
equipo manifestaron un gran interés y se ocuparon de cada detalle. De Madrid a
Buenos Aires y viceversa, fueron y vinieron intercambios con empatía y buen
humor, que dieron cuerpo a este hermoso encuentro. En segundo lugar, a los presentadores de lujo que están en esta
mesa junto a mí, a mis amigos: la Dra. Marisa González de Orega, Gustavo Prado
y Jorge Rozemblum.
Quiero
agradecer también el interés y acompañamiento de la gente de Radio Sefarad y la
presencia de las profesoras de la UNED, Susy Morgenstein y Gabriela Ossenbach,
referentes del área educativa, un lujo tenerlas aquí.
Quiero
mencionar especialmente a Cristina Martínez Perelli, quien sigue mi trabajo
desde hace varios años y junto a la historiadora Martina Lemoine tuvieron la
gran generosidad de gestionar mi primer contacto con este cautivante entorno,
corazón de cultura sefaradí madrileña.
Con un
especial cariño quiero contarles que cuando empezamos a difundir esta
presentación en las redes sociales, comenzaron a llegar mensajes de varios
judíos argentinos que viven aquí, algunos se declaran ya argentinos-españoles
porque viven hace muchos años. Varios han participado activamente de las
instituciones del movimiento JUDEO
PROGRESISTA y la FEDERACION ICUF
(Idisher Cultur Farband) - una organización antifascista de origen judío
surgida en 1937 en París y en 1941 en Buenos Aires - . Hay una, que yo tomo
como caso de estudio, que es el Centro Cultural y deportivo I.L.Peretz de Villa
Lynch, una entidad que me marcó profundamente y me dio tantas gratificaciones
como amigos y gente querida. Entre ellos, Nora Usterman Michalski, a quien
agradezco por un regalo que nos va a hacer a todos al final de esta charla. Un
reconocimiento especial para a mi asistente, un brillante joven español Ignacio
Ibañez, quien me ha brindado toda su colaboración y entusiasmo para este
evento.
Si nos lo he
aburrido ya, una mención especial a mis amigos Mario Roitman y Liliana Grinman,
quienes han venido directamente del aeropuerto de Barajas llegando desde la
provincia argentina de Mendoza
Quiero compartir
una información que me hizo ver cuánto sentido tenía presentar este libro sobre
judíos argentinos de izquierda en Casa Sefarad. La he leído en una entrevista
realizada hace unos años al escritor y referente de la cultura sefaradí, Jacobo
Israel, presidente de la Federación de
Comunidades Judías de España y fundador de la Revista Raíces…
Jacobo cuenta acerca de las dificultades que
tuvieron para reorganizar la vida comunitaria judía en España y las
restricciones durante el franquismo, donde señala luego una ley de 1967 que les
fue permitiendo, paulatinamente, dar vida a ese sueño de reconocer y darle su
lugar a la impronta y las huellas judeo-sefaradíes en la región. Jacobo explica
que tras la Guerra Civil Española hubo un grupo
pequeño de judíos, pero que en los años
setenta la comunidad creció gracias a dos aportes esenciales. Por un lado, el
que vino de la zona de influencia española en Marruecos. Por otro, los
latinoamericanos, especialmente los argentinos, quienes vinieron a España
escapando a las dictaduras militares y a las crisis económicas y sociales que
hemos vivido.
Si bien todos conocemos el
rico pasado judío en la España Musulmana antes de la expulsión de 1492,
ciertamente nunca me había preguntado por la composición étnica de los
argentinos que migraban a España. Y efectivamente, los argentinos judíos
representan una buena parte de los 40 o
45 mil judíos que se calcula viven en la actualidad, sobre todo en Madrid y
Barcelona.
En síntesis, fue una alegría
para mí saber de tantos compatriotas aportando al desarrollo y reconocimiento
de esta colectividad pequeña pero pujante, y me pareció un gran gesto de CASA
SEFARAD recibirme para traer un poco de historia rioplatense. Así que una vez
más, gracias por invitarme.
Este libro, publicado por la Editorial Biblos en
2015, abarca muchos temas sobre la colectividad judeo-argentina entre la década
del veinte y fines de los años sesenta. Es complejo referir brevemente a sus
contenidos, porque además he trabajado en tres planos; la historia argentina,
la historia internacional y la historia local a través de un caso de estudio,
el Peretz de Villa Lynch, un entidad fundada en 1940, en ese entrañable barrio,
que no sólo vio nacer a la industria textil en Argentina, sino que fue cuna de
importantes experiencias cooperativas y solidarias abiertas a la comunidad.
Este libro es el resultado de una tesis de doctorado de la UBA en el área
de Historia de la Educación y una investigación que lleva más de doce años,
pero es también resultado de mi propia historia de vida, porque yo también fui
protagonista de esos grupos de “argentinos, judíos y camaradas”, y crecí con la
formación ideológica y pedagógica de estas instituciones icufistas. Soy nieta
de textiles judíos de Villa Lynch, un barrio situado en la periferia norte de
la Capital Federal, que se caracterizó por una gran presencia de población
judía ashkenazi, mayormente polaca, de oficio textil, que portaba una ideología
laica, de izquierda, ligada ideológicamente al Partido Comunista de la
Argentina. Allí pase mi vida entera, en el Peretz desde el jardín de infantes
hasta convertirme en maestra de kinder-club (una actividad educativa que
funcionaba los días sábados) y en la casa de mis abuelos, entre telares de
tafeta, canilleras de hilado y revistas de la Unión Soviética.
Al graduarme en Ciencias de la Educación, empecé mi investigación en el
marco de un proyecto que buscaba reconstruir la historia de la educación judía
en Argentina.
Por ese entonces trataba de definir qué era la educación judía, qué era lo
judío, y qué podían tener en común una escuela judía religiosa y una laica
progresista, o inclusive qué era lo que unía a sefaradíes y ashquenazíes, ¿cómo
concebir lo que no era religioso?, ¿podía ser considerado como judaísmo
cultural?
Buscaba respuestas, un común
denominador, ¿cómo explicar qué significaba lo judío para cada uno?, ¿qué
tenían en común personas tan diferentes
como un dirigente comunista y un ortodoxo de Jabad Luvabich?
Fue en ese trayecto, en esa búsqueda, cuando descubrí que las instituciones
del ICUF estaban excluidas del relato conocido por la opinión pública y del
relato que la comunidad judía hacía de sí misma en Argentina.
Si aparecía alguna mención en la bibliografía, ésta refería sólo a la
primera parte del siglo XX, cuando todavía los inmigrantes hablaban el idish,
pero luego los ubicaban como grupos que
se habían “asimilado” o que habían “rechazado su condición judía” por haberse
filiado con el ideario comunista…yo pude comprobar lo erróneo de esta
concepción, porque nada más lejos que esta afirmación…lo que sucedió es que
siempre y en todo momento, con especial énfasis esos grupos institucionales se
plantearon como argentinos y judíos.
Por lo tanto, la historia de estas escuelas, teatros y publicaciones
judeo-progresistas o icufistas, que fue de gran importancia en varias
localidades de Argentina: La Plata, Lanús, Tucumán, Córdoba, Mendoza, Rosario,
Santa Fe y también en Montevideo, San Pablo y Río de Janeiro en Brasil...era
una historia casi ausente de los trabajos académicos.
Eso me llevaba a una primera conclusión provisoria: la “diversidad o
pluralidad” de ideas y prácticas dentro de la colectividad judía parecía tener
ciertos límites.
¿Pero quién podía atribuirse el decidir o dictaminar quién es o no judío? ¿Por
qué un criterio podía ser valioso y otro no? ¿Cómo definir y explicar esa
diversidad? Encontraba así, que cualquier posición o definición que excluyera a
uno o varios grupos que afirmaban reconocerse judíos, resultaba arbitraria.
En este sentido, por más laicas que hubieran sido las prácticas de estas instituciones del
ICUF, autodenominadas judeo - progresistas, no había motivos para excluirlas de
la Historia y negarles un lugar entre las Experiencias Educativas y Culturales
de origen judío en Argentina.
Lo que sucedía, en realidad, era que después de la creación del Estado de
Israel, el sionismo (de izquierda a derecha) comenzó a ser la única alternativa
válida de judaísmo y los sectores que no compartían este ideario, como los
del ICUF o los socialistas del Partido
Obrero BUND, quedaron marginados del relato.
El libro busca reconstruir esa historia, la historia cultural y pedagógica
de estos judíos NO sionistas, dónde algunos fueron dirigentes, varios otros
militantes y la gran mayoría simpatizante del Partido Comunista y el mundo
soviético, pero cuya principal característica fue integrarse a su sociedad
argentina y abrir todas sus instituciones y propuestas sociales a la
comunidad barrial.
Esa inmigración ashkenazí de habla ídish, que venía con la esperanza de
encontrar un destino mejor, en lo económico y en lo social, y dejar atrás la
miseria y los Pogroms, buscaba alternativas políticas como vías de emancipación
social y de integración al mismo tiempo. Trabajaron mayormente como
cuentenikis, artesanos y obreros. En la
calle judía se los denominaba como “LOS LINKE”.
En los primeros capítulos se trata la
década del veinte (la foto del libro es de 1929). Describe 3 corrientes
principales dentro de los LINKE: los socialistas BUND / los sionistas-marxistas/
y los que respondían a la Sección Idishista de la Internacional. Estas escuelas fueron perseguidas y
clausuradas en los años treinta con el golpe de Uriburu y luego el gobierno
conservador de Justo. Con la ayuda de la Iglesia y las Fuerzas Armadas, se
instaló el mito del judío bolchevique y el miedo proveniente de las elites de
que esos grupos de agitadores pudieran generar una revolución al estilo de los
Soviets, como parecía estar pasando en España en 1936 con los republicanos.
Como consecuencia se proscribió al PC, se limitó el uso del ídish y las
escuelas tuvieron que morigerar su prédica contestataria.
Se explica también los cambios de estrategia de la Internacional y el giro
en el congreso de 1935, cuando la Internacional Comunista llama a constituir
FRENTES POPULARES. En ese marco, los comunistas, judíos y no judíos, buscan
hacer alianza con otros sectores democráticos. Así, varios intelectuales
idishistas, algunos ligados al PC francés, organizaron en París en 1937 una
reunión convocando a delegados de 23 países occidentales, quienes se
comprometieron a defender la cultura judía laica, antifascista, incentivando un
movimiento institucional educativo, editorial y artístico. Ese fue el origen de
la fundación de la Federación ICUF en Argentina, Brasil y Uruguay. El ICUF le
brindó marco ideológico a varias instituciones pre-existentes y a otras que
emergieron bajo su órbita, movilizadas sobre todo, para generar redes de
socialización y contención a la colectividad, Transmitir la herencia a las
nuevas generaciones, y conservar el PATRIMONIO CULTURAL que había sido
ferozmente devastado en Europa.
Entonces, en la coyuntura de la
SEGUNDA GUERRA y la POSGUERRA, hubo un enorme esfuerzo de toda la colectividad - más allá de su ideología - por hacer crecer las instituciones educativas
y transmitir su cultura. De hecho, entre 1943 y 1952, siete escuelas idish del
ICUF, a pesar de no ser sionistas, recibían
Subsidio de la Mutual AMIA. Paralelamente, comenzó a desarrollarse en
diferentes localidades un importantísimo movimiento cooperativo, que fue
semillero de una red bancaria nacional cuyo nombre es CREDICOOP. Junto con el
crecimiento de los sectores obreros que, como muchos inmigrantes durante el
peronismo se fueron convirtiendo en clases medias, pudieron aportar tiempo y
recursos para comprar edificios y ampliar las escuelas con campos deportivos y
colonias infantiles de veraneo.
Lo interesante es que los judeo-progresistas o icufistas, reunieron
diversas voces del campo no sionista en
sus entidades. Simpatizantes y militantes del PCA principalmente, pero también
del socialismo y sectores demócratas, por eso fue tan grande el movimiento
hasta entrados los años sesenta, porque se inscribía en la lógica y el tiempo de
la alianza de FRENTES POPULARES, que se presentaba en defensa de la DEMOCRACIA,
la CULTURA y el antifascismo. Una gran historia, que muchos conocían, pero
pocos o nadie, había investigado aún.
Solo
dejarles una reflexión para comprender esta diversidad judía y esta necesidad
de estudiarnos y conocernos mejor, aceptando y respetando nuestras diferencias con
criterios amplios, estudiando también a
los judíos que están fuera de las instituciones tradicionales que por lo general, y este es el caso de
Argentina, son la mayoría de la colectividad: hijos, nietos y bisnietos de
inmigrantes que, como italianos o españoles, viven integrados a otras
instituciones de su sociedad.
¿Dónde? En
las artes, las ciencias, las universidades, la política, la cultura.
Hace muy
poco, un dirigente judío extranjero, en un Congreso que se hizo en Buenos
Aires, preocupado por la incertidumbre de los casos no esclarecidos del
atentado a la a la Embajada de Israel en 1992 y a la AMIA en 1994, le preguntó
a un colega: “Pero dígame, ¿cuál es
entonces el futuro de los judíos en Argentina?” Y mi colega le respondió: “El mismo que el de todos los argentinos”.
Me pareció
una fantástica respuesta, porque tenemos una identidad compleja y heterogénea,
laica o religiosa, de derecha o de izquierda, peronista o antiperonista, comunista,
socialista o sionista, pero resulta que es ahí en Argentina donde vivimos y donde
forjamos nuestra historia.
MUCHAS GRACIAS.
Selección de videos de la presentación:
Nora Usterman Michalski:
VER LA PRESENTACIÓN COMPLETA:
1ª parte:
2ª parte:
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